Descubre las 5 enseñanzas de la misión ad gentes que Mª del Pino Rodríguez de Rivera ha recibido durante sus 11 años de experiencia, en Filipinas.
Mª del Pino Rodríguez de Rivera es una misionera canaria, de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada (MISSAMI), que ha estado 11 años realizando la misión ad gentes, en Filipinas.
Ella misma nos cuenta las 5 enseñanzas que ha recibido:
Solidaridad, cuando estás en una misión ad gentes, en el día a día, es una realidad que todos viven en una permanente necesidad. Entonces una cosa que aprendí, que me llamó mucho la atención. Es que la gente vive ayudándose unos a otros en todo.
Felicidad, se experimenta una felicidad muy grande al saber que el evangelio cobra vida en tu propia experiencia. Por qué, porque experimentas en tu propia carne que estás sirviendo a los preferidos de Dios, a los más pobres. No solo en la teoría sino en la práctica, en la experiencia de cada día.
Acompañamiento, en la misión ad gentes te das cuenta de que lo más importante es acompañar la vida del día a día de tu comunidad, de quienes te rodean. No es tanto el hacer grandes proyectos, el trabajar aquí y allá sino el acompañar minuto a minuto lo que se va viviendo.
Instrumento, porque te das cuenta de que verdaderamente esto es de Dios. La misión es de Dios, le pertenece a él y nosotros somos esos pobres instrumentos que le ayudamos a realizarla. Instrumentos pobres pero felices porque somos las manos, los pies, la boca, los oídos, todo. Somos todos los sentidos que Jesús necesita para poder llegar a los más pobres. Esto lo tenemos bien claro en la teoría, como decía antes, pero en la misión ad gentes lo experimentas al 100%.
Apóstol, en realidad el más importante. ¿Por qué? Porque Jesús en sus propias palabras en el evangelio dice que llamó a sus Apóstoles a estar con él y a enviarlos a predicar. Primero somos Apóstoles, primero somos con Jesús, vivimos con Jesús, aprendemos de él y luego hacemos la misión pero desde lo que él nos ha enseñado.
A Así que, con estas cinco enseñanzas me considero muy afortunada. Porque para mí ha sido un privilegio enorme poder trabajar ad gentes, desde ese ser apóstol desde ese ser consagrada y entregada mi vida a Jesús.
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