Cambia el Mundo: la utopía misionera es posible. Así se titula la sección del Informe de la Revista Misioneros Tercer Milenio para este mes de octubre.
José Beltrán lanza la siguientes preguntas a varios misioneros ¿es posible? vosotros ¿podéis cambiar el mundo?. Entre esos misioneros se encuentra nuestro anterior Delegado Diocesano de Misiones, Manuel de los Reyes Ramírez Medina, quien no duda en que otro mundo es posible, ¡solo basta con ponernos en las manos de Dios!.
"Los grandes cambios en los países de misión son difíciles de captar, pero los pequeños sí se ven, tanto a nivel social como pastoral. Y de la misma manera que he visto cómo mis vecinos han salido adelante gracias a una mejor educación y sanidad, también he podido ver cómo el primer anuncio de la fe hoy se traduce en comunidades vivas". Es la conclusión a la que llega Manuel de los Reyes Ramírez Medina, delegado de Misiones de Canarias, que vio evolucionar durante nueve años a las comunidades rurales del entorno de Maputo. Tras dos años de reciclaje en España, este mes de octubre regresa a Mozambique sin billete de vuelta. "Los misioneros somos puente entre dos realidades y, por eso, he pasado este tiempo de nuevo en casa. Ya estoy con las pilas cargadas, con ganas de volver, aunque sé que hay retos difíciles, porque voy a otra región con otra lengua distinta".
Sobre el lema del Domund 2018, lo tiene claro: "No tengo ninguna duda de que otro mundo es posible. Pero le añado mi pequeño matiz: este mundo es posible. Es verdad que a escala global se necesita una voluntad política importante que parece que no llega, pero soy un convencido de que Dios está empeñado en esta humanidad y ama a esta humanidad. Nosotros solo tenemos que colaborar con Él para hacer un mundo más fraterno, para ponernos manos a la obra". Por ello, Manolín –como se le conoce en Canarias– valora el arrojo de todos cuantos se entregan en la construcción de este nuevo orden mundial: "A lo largo de la historia se ha puesto de manifiesto cómo personas sencillas, en unos casos significativas, como Teresa de Calcuta y en otros, anónimas, pueden ser capaces de cambiar vidas y estructuras. ¡Solo basta con ponernos en manos de Dios!".
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