Día 11. Un día para celebrar la vida entre hermanos y hermanas
Hemos terminado otro día más, hoy domingo 21
de julio, un día en el que no tenemos ninguna actividad programada de
colaboración, pero sigue siendo un día pleno y completo. Nos hemos ido esta
mañana con el grupo y con el Padre Alberto, Baba Alberto, a su comunidad a
celebrar la Eucaristía. El nombre que me saldrá será Cabvulancie y ha sido un
lugar muy bonito porque desde que hemos llegado en el coche la gente, como ya
hemos visto que es costumbre aquí, nos estaba esperando para acogernos,
recibirnos con cánticos, danzas, así que el último tramo antes de llegar a
cualquier iglesia o cualquier comunidad siempre lo hacemos acompañados.
Es una iglesia que antes pertenecía a los
misioneros combonianos y que ahora la está llevando adelante el Baba, el nombre
cariñoso con el que se conoce aquí al Padre Alberto. Baba significa padrecito.
Es toda una institución aquí y es una persona con un gran carisma.
Él tiene ya 92 años y lleva en Mozambique ni
más ni menos que desde 1957. Llegó con, creo si no recuerdo mal la
conversación, con el segundo grupo de misioneros del IEME que llamaban Padres
de Burgos porque la mayor parte venían de esa provincia de la península. Bueno,
pues como decía, toda una institución no solamente donde estuvimos esta mañana
sino pues en gran parte de esta zona debido a su labor constante de ayuda a los
más necesitados, de acompañamiento, de cercanía.
Bueno, todos los piropos que puedo decir de él
son pocos. Es una persona atenta, a nosotros nos está tratando de manera
maravillosa. Le sentimos como un padre más que cuida de sus hijos, que les
aconseja, que siempre está dispuesto a echar una mano. Y vuelvo a repetir,
tiene 92 años pero una vitalidad desbordante que muchas veces nos da vueltas a
los que tenemos la mitad o un tercio de su edad.
Bueno, pues la Eucaristía ha sido preciosa, ha
durado muchísimo pero en el buen sentido porque ha sido un constante goteo de
canciones, danzas, ofrendas. Bueno, como ya hemos contado en otras ocasiones,
aquí es costumbre pues ofrecer, en este caso a los visitantes, a los que
veníamos de España, pues los productos de las cosechas, hoy la cosecha ha
consistido en cebollas, coles, tomates, malembe, que es el fruto del Baobab,
que más, bueno, como ya viene siendo también, en general unas gallinas y una
cabra, un cabrito. Vale, la mayor parte de las cosas nos decían que nos las
lleváramos para España, la verdad es que nos encantaría, pero por cuestiones de
frontera y de equipajes no va a ser posible.
¿Qué se hace con toda esa comida? Llama siempre la atención que las personas que
menos tienen son las que más comparten, además sabiendo que estamos aquí un año
que llaman de fome, de hambre, debido a la escasez de lluvias. Como ya sabemos
esto del cambio climático está afectando a todo el mundo y este año las lluvias
han sido pocas, por lo tanto, la gente tiene poco almacenado para pasar el
invierno. Nosotros ahora estamos en invierno y que sigan colaborando,
aportando, dando, lo que sea, sabiendo que estamos en un año complicado, es un
año complicado para ellos, pues siempre llama la atención esa generosidad de
los que menos tienen. ¿Qué se hace con su comida? Pues básicamente se reparte a
las personas o instituciones con las que San José Obrero colabora, una parte se
llevó a las hermanas franciscanas y otra parte ha ido a parar al internado.
Otra parte de lo que te dijimos por ejemplo
otro día, ya creo que lo comentamos también, pues fue a parar a prisión, en
fin, que no se queda aquí, que lo que la gente da, luego pues como dice el
evangelio, lo poco que da se multiplica y llega a muchos, así que hoy algunos
hemos participado en ese reparto de comida.
Otro momento importante en el día de hoy, en
el que no hemos estado, ha sido la celebración de los 25 años de la ordenación
sacerdotal de Manolín, celebrados por su comodidad. Ha habido una gran fiesta,
si ya aquí los domingos la Eucaristía es una fiesta que desborda todo lo
imaginable, pues hoy ha tenido un carácter especial.
No hemos estado, pero las palabras y las fotos
y los vídeos que nos han ido enseñando y hemos ido viendo, pues nos hablan de
una fiesta por todo lo alto y creemos que Manolín se lo merece. Hoy en un
momento que tuve con él, pues decía, es que no paras, es que llegas a casa, hoy
ha descansado un poco y hemos salido a esto y luego a lo otro. La tarde ha sido
llevar la comida, luego ir al internado a por las niñas, que todos los domingos
por la tarde él tiene la costumbre de darles una vuelta en el coche, llevarlas
al parque y que se desfoguen ahí un poco y luego devolverlas a casa y luego, y
luego, un sin parar.
Así que es verdad que en la misión no se para.
Nosotros lo estamos sufriendo en nuestro cuerpo, ya porque el cansancio se
nota, pero claro, lo nuestro es algo muy corto, una experiencia muy breve y que
no se puede comparar en absoluto con lo que Manolín hace aquí todos los días desde
hace 17 años. Así que es un gran ejemplo de misionero y hoy su comunidad
seguramente habrá celebrado eso.
Y la tarde pues también hemos tenido otro
momento festivo. Si por la mañana se celebraba el cumpleaños de la ordenación
de Manolín, por la tarde el grupo de jóvenes y el grupo de nuestra diócesis ha
dado una sorpresa a Norberto con la celebración de una fiesta de cumpleaños que
él no se esperaba. Ha sido una fiesta bonita, ha participado la gran mayoría de
los jóvenes con la que estamos casi todos los días compartiendo tiempos,
canciones, momentos de oración, celebraciones y que ha terminado en un karaoke.
En el karaoke hemos estado poco porque mañana,
como todos los días, tenemos que levantarnos a las seis, pero ha sido un
momento de compartir, no solamente la fe, sino pues eso, las preocupaciones que
estos jóvenes tienen de cara al futuro, hablar de sus estudios, hablar de sus
planes. Así que hemos hecho ese compartir en un ambiente muy festivo, que
siempre parece que cuando estamos en esos ambientes nos soltamos más y hablamos
más libremente. Así que ese ha sido nuestro día, un día que si tengo que poner
un adjetivo sería festivo.
Festivo la celebración de la Eucaristía,
festivo el aniversario de la ordenación de Manolín, festivo ha sido el
cumpleaños, la celebración del cumpleaños de Norberto y festivo también ha sido
el final de este día cantando alguna canción en español, con más o menos
acierto, pero que bien, estuvo muy bien. Así que nada, mañana volvemos a tomar
el pulso a nuestras actividades de voluntariado, como decía, va a haber cambio
de papeles. Los que la semana pasada estuvieron, por ejemplo, en la escuela y
en el internado, pues, perdón, estuvieron en la escuela, pues ahora irán al
internado y los que estuvieron en el internado les toca la escuela y la tarde,
por los que estuvieron en la prisión, pues van a Cáritas y los de Cáritas pues
irán a la prisión.
Esta semana tenemos una semana ya de ir con
mucha pena despidiendo, aunque las despedidas oficiales serán el sábado, pero
bueno, ya el miércoles dejaremos de ir a estos lugares de los que he hablado y
tenemos que ir, pues eso, terminando, como he dicho, con mucha pena y con mucha
tristeza, porque lo cierto es que lo que estamos viviendo aquí va a ser para
todos nosotros, o está siendo para todos nosotros, una experiencia inolvidable,
tanto en el ámbito de la fe, donde estamos viviendo en una iglesia alegre,
divertida, movida, joven, como también en el tema personal, esas experiencias
vitales que estamos también viviendo a ese nivel. Así que nada, nada más por
hoy, creo que es un poco más breve que los demás días, pero bueno, espero que
les sirva para que también ustedes puedan estar aquí, aunque sea con la
imaginación, en esta experiencia misionera. Como siempre les pedimos, pues
sigan pidiendo por nosotros para que todo siga yendo bien.