Día 13. Los mozambiqueños nos han robado el corazón
Saludos desde Songo para todos y todas. Hoy terminamos otro día en nuestra misión, un día que se diferenció un poco del anterior. Realizamos nuestras actividades habituales: visitas al internado, la escuela, la prisión y a la gente de Cáritas. Al volver, compartimos nuestras experiencias, hablando de lo que más nos impresionó y llamó la atención.
Hoy, los voluntarios que estuvieron con Cáritas se encontraron con una situación especial. Al regresar, un grupo de personas se acercó para informarles sobre un hombre que había sido desalojado de su casa y se encontraba en la calle. Una de las tareas del misionero es estar pendiente de estas situaciones y tratar de ofrecer una solución cuando es posible. Lo más notable fue que las personas necesitadas, quienes también reciben ayuda, fueron las que señalaron que alguien más necesitaba ayuda, mostrando una solidaridad admirable.
En el internado, las voluntarias hablaron de la alegría contagiosa de las niñas, siempre llenas de energía. Por la tarde, vinieron a la Eucaristía, y es un gusto verlas interactuar con miradas de complicidad y abrazos fuertes, mostrando cariño y confianza. Estos abrazos nos llenan de energía y alegría.
En la escuela, hoy recibimos una visita de inspección de tres funcionarios del gobierno. La escuela infantil aquí es algo especial, ya que en Mozambique la educación suele comenzar en primaria, a los seis años. La inspección consistió en una entrevista con la hermana Irene, la directora, y un recorrido por las instalaciones. La inspección salió bien, con algunas recomendaciones para mejorar, lo cual siempre es positivo.
Al final del día, participamos en el Consejo Económico de la parroquia. Nos llamó la atención la práctica del diezmo voluntario, donde las familias aportan una décima parte de sus ingresos para obras sociales y caritativas de la iglesia. Algunos incluso contribuyen en especie, como sacos de millo, que luego se distribuyen a la cárcel, el internado y otras comunidades necesitadas.
El día fue tranquilo, y ya contamos los días que nos quedan aquí con una mezcla de alegría y tristeza. Gabriel ha estado diciendo una frase que nos ha gustado mucho: cuando San Antonio María Claret pasó por Canarias, dijo que los canarios le habían robado el corazón. Nosotros hemos cambiado "canarios" por "mozambiqueños" o "mozambicanos", y sentimos lo mismo. Desde Songo, Mozambique, enviamos un saludo lleno de cariño a todos, con el corazón robado por estas maravillosas personas.
