Día 16. Visita a una comunidad comboniana
Buenas noches desde Songo. Ya estamos de vuelta en nuestra comunidad, a donde llegamos esta tarde, poco después de la hora de la comida, tras haber pasado la mañana en Mukumbura, donde se encuentra el Padre Paco. Esta mañana nos mostró el funcionamiento de la escuela infantil que tiene la misión. Fue una mañana tranquila, disfrutando de los niños pequeños, ayudando a las tres profesoras que atienden a los grupos de 3, 4 y 5 años. Colocamos la clase, pusimos las mesas que se guardan y sacan a diario, ayudamos a vestir a los niños con su babi y pañuelo de infancia misionera, y participamos en algunos bailes. Los niños nos enseñaron canciones de bienvenida para despertarse y comenzar el día con energía. También ayudamos con las fichas de trabajo, hoy tocaba la letra O. Observamos que algunos niños avanzaban sin dificultades, mientras que otros, como una pequeña con discapacidad visual, necesitaban más ayuda. Fue muy gratificante ver cómo, con apoyo, lograba aproximarse a hacer la letra O.
Las tres profesoras tienen un mérito tremendo, gestionando una clase infantil con un continuo de actividades para mantener la atención de 40-50 niños. Terminamos nuestra estancia cuando los niños empezaban su almuerzo de media mañana. La escuela, además de ser un lugar de aprendizaje, también proporciona una comida a los niños, que en muchos casos es la única que tendrán en el día.
La escuela es el centro de la vida en el poblado, aglutinando enseñanza, celebración de la fe, cuidado de la salud y alimentación. Agradecimos al Padre Paco su hospitalidad y partimos hacia Songo a las 11 de la mañana, haciendo una parada en Sitima, la capital del distrito. Visitamos una comunidad de misioneros combonianos, fundada por San Daniel Comboni, el primer obispo de África. Comboni creía en la importancia de que los africanos asumieran el protagonismo de su propio crecimiento personal, formativo y espiritual.
En Mozambique, los combonianos están desde 1946. Hoy compartimos con Juan Arenas, un misionero comboniano de Ávila, conocido por sus artículos en Mundo Negro sobre Mozambique. Después de una comida y una charla con ellos, volvimos a Songo, llegando alrededor de las cuatro de la tarde. Tuvimos tiempo para ducharnos, descansar y retomar nuestra rutina.
Una anécdota del viaje fue ver un elefante, parte de una manada, en un área señalada por su presencia. También hemos visto hipopótamos, cocodrilos y monos, sumando una experiencia de safari a nuestra misión.
A las seis de la tarde, celebramos la Eucaristía en Songo y luego preparamos algunas cosas para nuestra despedida, incluyendo los cantos en español para la última Eucaristía del domingo en la comunidad de San José Obrero. Nos damos cuenta de que nuestro tiempo aquí está terminando, y aunque sentimos tristeza, también recordamos con gratitud las experiencias vividas.
Mañana, madrugaremos para un viacrucis con los jóvenes a las cinco y media de la mañana, y será un día de despedidas en el internado, el centro penitenciario, con las autoridades locales y otras actividades. Agradecemos sus oraciones y su compañía en esta experiencia.
Un saludo desde Songo y que tengan una feliz noche.
